Y a mi me llega la impaciencia.
Quiero que vuelva la magia, ésa, la de siempre,
porque nos equilibra el perfecto desequilibrio
Otra vez mi piel no toca la tuya,
llora y se ulcera en un grito desvencijado.
Me abandonaste a la mañana con mis iluciones en la mochila,
y el perfume entumeciendome los sentidos.
Mañana dormilona.
*Con cada fibra de tu cuerpo.
Nchi.
(El amor que nos rozó la cara el primer día, que no se pierda)