domingo, 16 de septiembre de 2012

La inquitud de la quietud.

Otras tantas horas, y el roce más profundo no llegó a ser brisa.
Enamora el sutil despegue, perturba enriquecido de sentires.
 
Freno puesto cuan tanque de guerra en el corazón...
A batallar.

 
Siempre estás lejos y tan cerca  de ser demasiado... Siempre intrigandome tus ojos, lunares, mente, corazón.. Siempre bailando con el desconocer...
 
Que impacte el carácter, los gestos, la boca, la locura desparramada por las sábanas... que enloquezca cada rincón.
 
Capto con la mirada, con las manos y con cada célula del alma- 
Porque cuando tengo frío, tengo frío!

 
Nchi...
(quizás me vuelvas loca, no más de lo que quiero llegar a estar!)

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