martes, 4 de agosto de 2009

A merced.

Si adelante, no me hagas caso, a veces no puedo con la soledad.


Mi amor es real,
¿me vuelvo a quedar a merced?



Aquella vez, cuando me dejaste plantada,
soñé con vos, hasta te escribí una poesía;
la misma que nunca te dí, y que no va a llegar a tus manos,
excepto que escribas tu nombre a fuego en mi corazón,
y me abraces cada día,
solo por el simple hecho de sentirte a mi lado;
y me beses, pero siempre mirandome a los ojos,
para que recuerdes:
que los besos no son ciegos, que las sonrisas no son risas.


Porque sueño y creo que el destino para mi sos vos,
con tu dulce figura y tu piel aterciopelada como el durazno,
y con esas líneas casi perfectas que te definen el rostro (geton para nada!)


Hoy te tengo y no puedo creer que vivo realidad.


Hoy hagamos la excepcion de estirar la cuerda, y que durar sea mejor que arder, mejor que arder.

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