Que me importa si tenés uno o mil años, que me importa si tus dedos lo que más desean tocar es una roca abrasiva, que me importa si estás atado de pies y manos... Lo que me importa es que la alegría me habita cuando tu mirada se queda a vivir en mí.
Y que tu sonrisa no es risa, sino suave mueca que quiere expresar.
¿Qué tengo que hacer con las pestañas largas y los ojos perdidos?
¿Qué tengo que hacer con las miradas complices que me dejan suspirando?
¡Arrojarse al avismo es una opción!
Lo terrible va a ser caer.
*Se acerca y no lo quiero atravesar.
Nchi. (igual ahora no lo pienso pensar!- valga la redundancia-)
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