Quedó regulando la mente deseosa,
Tocar el cielo o no tocarlo, es el ser o no ser del poeta terrenal.
Tersa la piel que se escabulle entre tus manos, la misma que se apresuran a recorrer tus labios extasiados. Tanta sed tienen que no se van a saciar hasta extraerme toda la sabia bruta.
Soy una minúscula planta en el desierto,
Una noche para el cuerpo, una eternidad para el corazón.
*Contagiás cada centímetro de mi vivir.
Nchi. (Cada cual atiende su juego ♫)
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